Por Marcelo Brunwald
La voz del vecino
Ya sabés lo que es el fentanilo. Una droga que se usa en medicina para calmar dolores extremos, pero que también puede matar con una dosis mínima. En Argentina, ya provocó al menos 70 muertes. Y lo más grave: podría haber muchas más si se confirma que parte de esa droga sigue circulando.

Pero esta historia no es solo nacional. Nos toca de cerca. Porque la ruta del fentanilo pasa por Avellaneda. Y hay dos empresas en la mira: el laboratorio HLB Pharma y la firma Trieco S.A., ubicada en Sarandí, denunciada hace años por vecinos por contaminación, enfermedades, animales muertos y más de 450 reclamos en la Municipalidad.

¿Destrucción real o simulacro?
El 13 de mayo, el mismo día que se presentó la denuncia penal contra HLB por las muertes, el laboratorio dijo haber destruido casi 5 kilos de citrato de fentanilo. Lo hizo en la planta de Trieco, con otra empresa llamada MD Servicios SRL encargada del transporte. Pero hay muchas dudas.
La escribana que certificó el procedimiento dijo haber visto bolsas con “polvo” que fueron tiradas al fuego. Pero no es química, no puede asegurar que eso era fentanilo. Podía ser talco, podía ser otra cosa. Y si era fentanilo, ¿qué pasó con el humo? ¿Lo respiramos los vecinos?
Porque si lo quemaron sin controles, ese veneno se elevó por las chimeneas y lo fumamos todos. Y si no lo quemaron, peor: puede estar dando vueltas en el mercado negro, en clínicas del conurbano, en ampollas que terminan en pacientes vulnerables.



¿Sabés lo que significan 5 kilos de fentanilo?
Con 1 kilo se pueden fabricar 2 millones de ampollas. HLB dijo haber destruido 5 kilos. Eso alcanza para abastecer más de 4 años de consumo nacional. ¿Y lo destruyeron justo el día que los denunciaron? ¿Y lo hicieron con una empresa que tiene antecedentes de contaminación?


Trieco: la planta que contamina desde hace años
Trieco no es nueva en esto. Vecinos como María Ducomes vienen denunciando desde hace años que largan humo negro, residuos hospitalarios, mugre que se respira en Sarandí, Dock Sud, Wilde, Chingolo, Gerli, Quilmes… y que llega hasta Capital por el viento. Durante la pandemia, quemaban residuos sin control. Y ahora, ¿quemaron fentanilo contaminado?
La justicia allanó la empresa y la escribanía. Encontró los papeles, sí. Pero no hay pruebas de que el fentanilo haya sido realmente destruido. Y el dueño de HLB, con vínculos con el kirchnerismo, con Alberto Fernández, con viajes a Rusia por la vacuna Sputnik, sigue haciendo negocios. Compró el canal IP, aportó a campañas políticas, y ahora está en el centro de una tragedia nacional.
¿Quién investiga esto?
La municipalidad mira para otro lado. El gobierno provincial también. Nación, Acumar, todos callan. Y mientras tanto, los vecinos se siguen enfermando. ¿Dónde están los políticos? ¿Dónde está la oposición? ¿Quién se hace cargo?
Esto no es solo corrupción. Es veneno. Es muerte. Es fentanilo contaminado que puede estar en el aire o en alguna ampolla que te dan en una clínica. Y si no lo destruyeron, lo vendieron. Y si lo destruyeron, lo respiramos.
Esta nota es parte de una cobertura especial de “La voz del vecino”. Porque informar también es cuidar. Porque no queremos más empresas que nos envenenan. Porque queremos justicia, salud y verdad.
¿Querés que armemos un hilo para redes, un video corto o una entrevista con vecinos como María? También puedo ayudarte a preparar una presentación para medios nacionales que están empezando a levantar el tema.