Cada vez más chicos y adolescentes pasan horas frente a la pantalla en plataformas de juegos en línea. Pero detrás de esos espacios de entretenimiento se esconde un riesgo: adultos que se hacen pasar por menores para captar, manipular y hasta explotar a los más vulnerables. La especialista Daniela Gasparini explicó en La Voz del Vecino, con la conducción de Marcelo Brunwald, cómo operan los agresores y qué pueden hacer las familias para prevenirlos.

En diálogo con Impacto Sur, Gasparini detalló que el grooming es el contacto de un adulto con un menor con fines de abuso, valiéndose de identidades falsas. No hace falta un encuentro físico para que el delito se configure: un simple chat puede ser suficiente para dañar psicológica y sexualmente a la víctima. Según la especialista, los videojuegos en línea como Roblox y Free Fire son ámbitos especialmente riesgosos porque combinan entretenimiento con interacción social masiva, muchas veces sin controles de seguridad efectivos.
La psicóloga subrayó que “lo virtual es real” y que los delitos cometidos en entornos digitales tienen consecuencias tan graves como los abusos presenciales. En juegos como Roblox, por ejemplo, cualquier persona puede inventarse un perfil falso y contactar a un niño. A partir de ese primer vínculo, los agresores suelen trasladar la conversación a plataformas como WhatsApp o Instagram, donde piden fotos, videos o información privada, y donde la evidencia es más fácil de borrar.
Gasparini advirtió que el grooming muchas veces es la antesala de delitos más graves, como la trata de personas. Cuando las imágenes o videos de menores son distribuidos o comercializados, ya no se trata solo de un caso aislado, sino de redes organizadas que lucran con la explotación infantil. Por eso, sostuvo que es urgente exigir regulaciones más estrictas a las empresas tecnológicas, que hoy permiten crear usuarios sin sistemas seguros de verificación de edad ni identidad.
Frente a la preocupación de muchos padres, la especialista remarcó que la primera herramienta de prevención es el diálogo. Explicarles a los hijos qué riesgos existen, acompañarlos en sus experiencias digitales, poner límites de tiempo en el uso de dispositivos y utilizar controles parentales de manera responsable son medidas clave. Además, recomendó estar atentos a cambios de conducta como irritabilidad, insomnio, bajo rendimiento escolar o aislamiento, que pueden ser señales de alarma.
Finalmente, Gasparini insistió en que, ante un caso de grooming, nunca se debe responsabilizar al menor, sino escucharlo, contenerlo y acudir a la justicia. En Argentina existen fiscalías especializadas y está disponible la línea nacional 137, que funciona las 24 horas y brinda orientación a víctimas de violencia y explotación. “Hablar, visibilizar y denunciar es la única manera de proteger a nuestros hijos de estos delitos”, concluyó la especialista.
PARA MAS INFO LIC. DANIELA GASPARINI INSTAGRAM https://www.instagram.com/lic.danigasparini/