En Avellaneda funciona ISHA Raíces y Alas, un espacio de contención comunitaria destinado a mujeres que atraviesan o atravesaron situaciones de violencia psicológica. El grupo está integrado por once vecinas que decidieron unirse para ofrecer acompañamiento, escucha y herramientas de superación a quienes más lo necesitan.
La iniciativa surgió de la experiencia de Claudia Esparta, quien en su propia peluquería advirtió que muchas mujeres compartían relatos de dolor y desamparo. Aquella intuición se transformó en un proyecto colectivo que hoy reúne a un equipo diverso y solidario. “Nuestro objetivo es que cada mujer descubra que puede salir adelante y que hay otra vida posible”, señalan las integrantes.

El espacio no responde a estructuras partidarias ni religiosas. Se apoya en valores simples: escuchar sin juzgar, acompañar sin imponer y compartir experiencias en un marco de respeto. “No estamos en contra de los hombres, trabajamos para sostener a mujeres que necesitan apoyo”, remarcaron.
Las actividades que ofrecen incluyen talleres de arte, espacios de escritura, encuentros de coaching, educación financiera y capacitaciones en oficios. A través de estas propuestas, buscan no solo la sanación emocional, sino también la construcción de autonomía y confianza personal.
ISHA Raíces y Alas funciona en Avenida Belgrano 3185, Sarandí, de lunes a viernes por la mañana, con un cronograma extendido los lunes. También mantienen contacto constante mediante redes sociales y grupos de WhatsApp para sostener el acompañamiento más allá de los encuentros presenciales.
“Sabemos que no somos psicólogas ni terapeutas, pero ofrecemos un lugar donde se puede hablar y sentirse contenida”, resumen sus integrantes. En apenas unos meses de trabajo, ISHA Raíces y Alas ya se convirtió en un faro de esperanza en Avellaneda, donde once mujeres se organizan para tender la mano a otras que necesitan reconstruir sus vidas.