La profesional de la salud Samanta Rojas presentó una nueva propuesta de formación titulada “Operador en Asistencia Primaria en Niñez y Adolescencia”. Se trata de un curso que busca capacitar a personas interesadas en adquirir herramientas concretas para la detección, acompañamiento y abordaje inicial de situaciones que atraviesan niños, niñas y adolescentes en distintos ámbitos de su vida.

El curso tiene una duración de tres meses, con un encuentro semanal de dos horas de cursada, lo que equivale a un total de 12 semanas de formación. La modalidad es teórico–práctica y combina clases expositivas con talleres, análisis de casos reales y la elaboración de un proyecto final. La propuesta se dicta de manera online a través de la plataforma Google Meet, permitiendo el acceso a participantes de todo el país.
Al finalizar, los estudiantes recibirán un título oficial que los certifica como operadores en asistencia primaria en niñez y adolescencia. El valor de la inscripción es de noventa mil pesos, con la posibilidad de abonar en cuotas, lo que hace más accesible la capacitación a diferentes sectores.
El programa de estudio está dividido en cuatro módulos. El primero introduce el marco conceptual, trabajando sobre los derechos de la niñez y adolescencia, el rol del operador, los factores de riesgo y de protección en el desarrollo infantil y adolescente, así como la importancia de los entornos de cuidado como la familia, la escuela y la comunidad.
El segundo módulo se concentra en las herramientas de detección y asistencia primaria. Se enseña a los participantes a observar señales de alerta, a realizar entrevistas iniciales y a aplicar protocolos de actuación frente a casos de maltrato, abuso, negligencia o abandono. También se abordan cuestiones de salud mental como la ansiedad, la depresión y las conductas de riesgo en niños y adolescentes, brindando estrategias de acompañamiento inicial y pautas para la derivación oportuna.
En el tercer módulo se desarrollan los principales ámbitos de intervención y problemáticas actuales. Allí se trabaja sobre prevención de adicciones en la adolescencia, violencia intrafamiliar y de género, bullying y ciberbullying, así como también la inclusión educativa y social de niños y adolescentes con discapacidad.
Finalmente, el cuarto módulo propone una práctica integradora. Los estudiantes deben elaborar un plan de acción comunitario frente a una problemática detectada y presentarlo como proyecto grupal en el cierre del curso. Esta instancia permite poner en práctica todos los conocimientos adquiridos y desarrollar habilidades de intervención en contextos reales.
La metodología combina material de lectura, talleres de simulación de casos, trabajo en grupo y ejercicios de role–playing. La evaluación se basa en la participación en clase, las actividades prácticas semanales y la presentación de un proyecto final. Entre las bibliografías de referencia se encuentran textos de UNICEF, Alessandro Baratta, Ander-Egg y el marco normativo de la Ley de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.
Samanta Rojas, impulsora del curso, explicó que la idea es brindar herramientas concretas para que los futuros operadores puedan detectar de manera temprana situaciones de vulneración de derechos y actuar como nexo entre las familias, las instituciones educativas, la comunidad y los servicios especializados.
Con esta propuesta, se busca formar profesionales y agentes comunitarios capaces de intervenir en problemáticas sensibles y complejas, aportando a la construcción de una sociedad más inclusiva, protectora y consciente del rol que le corresponde a cada actor social en el cuidado de las infancias y adolescencias.
Para obtener más información e inscribirse, los interesados pueden comunicarse a través del siguiente enlace: https://wa.me/qr/KRYZYF5ZLJDFN1.