
Un hombre de 87 años, con una historia llena de cultura y trabajo, mantiene su espíritu activo pese a vivir en situación de calle. Su vida es un ejemplo de resiliencia, memoria histórica y compromiso con la comunidad.
En su juventud, Alberto trabajó durante 47 años como mozo en el emblemático Café Tortoni, desde 1960 hasta 2007. Allí atendió a personalidades, artistas y presidentes, siendo testigo de la rica vida cultural porteña que marcó varias generaciones. “Era muy querido por los clientes y mantenía una relación cercana con todos”, recuerda.
El Tortoni, ubicado en Avenida de Mayo 829, fue mucho más que un café: fue un centro de tango, literatura y arte. Alberto trabajó con brigadas de mozos, sirviendo a orquestas y poetas que hoy forman parte de la historia de Argentina, y participó en momentos memorables de la cultura nacional.
A pesar de los años y de las dificultades de su situación, Alberto se mantiene activo practicando folclore en Avellaneda. Recientemente bailó en el Teatro Roma y participará en el Martín Fierro de Sarandí, demostrando que la edad no limita la pasión ni el compromiso con el arte y la vida social.
Alberto también reconoce la importancia del apoyo comunitario. Gracias al Colectivo Solidario, recibe asistencia y compañía durante sus recorridas por Avellaneda, donde comparte comidas y experiencias con otros vecinos. Su historia refleja la realidad de muchos adultos mayores que necesitan atención y contención.
Cada lunes y martes, a partir de las 18 horas, se lo puede encontrar en Plaza Alcina, compartiendo su historia y su espíritu con quienes lo rodean. Su ejemplo inspira a valorar la experiencia, la memoria histórica y la solidaridad dentro de la comunidad.